Tras el paso del invierno vuelve la época de los exteriores, és el momento de repetir variedades que nos enamoraron en años anteriores o disfrutar de las nuevas que nos proponen los diferenten bancos. Con la llegada de la primavera los balcones, terrazas, terrenos y rincones abrubtos y montañosos volverán a brillar con el esplendor de unas nueva Mariás creciendo y florando para recompensarnos con sus colosales flores. El cultivo express con semillas autoflorecientes es una opción excelente para los cultivos en balcones o pisos bajos, plantas discretas y de corto periodo para no alimentar la codicia de los ladrones práctica cada vez más utilizada por las ratas de este país.
Para poder vivir el edén del jardín exterior y de no utilizar contenedores o macetas, deberemos preparar el terreno para que nuestra plantación rinda al máximo. La planta del cannabis muestra su gran esplendor cuando tiene un buen terreno y puede extender sus fuertes raíces.
La tierra deberá ser cabada y rastrilleada hasta un máximo de 60cm, ya que más abajo los nutrientes escasean por completo, unos 30 cm es una buena medida para hacer la mezcla de lo que será nuestro futuro terreno, fértil y potente.
El suelo es un factor importante para el ciclo de vida de la planta, no solo porque le proporciona nutrientes, sino también por sus características físicas como su estructura y textura, color, capacidad de campo, porosidad, así como sus propiedades químicas, como el pH y composición química, los cuales tienen gran influencia en la disponibilidad de cada uno de los nutrientes esenciales para las plantas.
Físicamente el suelo esta formado por partículas sólidas orgánicas e inorgánicas, aire, agua y microorganismos, los cuales interactúan entre sí, debido a la gran cantidad de reacciones químicas que se llevan a cabo. El aire y el agua son elementos que se encargan de la intemperización o descomposición de las partículas sólidas que forman el suelo, mientras que los microorganismos se encargan de acelerar dicho proceso.preparación del terreno, se refiere a la manipulación mecánica del suelo que altera su estructura y resistencia, con el propósito de proporcionar y mantener en el suelo las condiciones óptimas para la germinación, crecimiento y desarrollo de las plantas y así manifiesten su capacidad productiva. La labranza es una parte integral del proceso productivo, que tiene la finalidad de establecer las condiciones óptimas para el establecimiento y crecimiento de los cultivos. La labranza se ha desarrollado tradicionalmente por dos razones: (1) remover las malezas y (2) dar un ambiente adecuado en el suelo para que las plantas puedan desarrollarse y las raíces obtengan sus nutrientes, agua y aire, que son necesarios para su crecimiento.
Limpia del terreno: Todos los cultivos exigen suelos bien preparados, la limpia del terreno es una de las primeras labores importantes, que consiste en eliminar los residuos de cosechas anteriores o malezas existentes en él.
Barbecho: Labor que consiste en cortar, voltear y pulverizar el suelo, incorporar humus u otros desechos organicos, aflojar la capa arable permitiendo la aireación y penetración del agua al suelo, favorecer el desarrollo de las raíces de las plantas y facilitar las labores culturales, esta práctica se realiza antes de la siembra, la profundidad del barbecho varía de acuerdo a la textura y profundidad del suelo, para los suelos ligeros y poco profundos, a una profundidad de 15 a 20 cm y de 20 a 30 cm en suelos profundos.
Rastreo: Esta actividad tiene la finalidad de reducir al mínimo los terrones formados durante el barbecho, la emergencia de las plantas, controla las malezas emergidas antes de la siembra, se recomienda dar uno o dos pasos de rastra dependiendo de la textura del suelo.
Nivelación: Labor importante que consiste en emparejar el terreno cuando son poco accidentados, con el fin de evitar encharcamientos, favoreciendo así el control de enfermedades y el no desarrollo de plantas
raquíticas.
Su estructura: una tierra bien estructurada nos absorberá y retendrá las sustancias nutritivas de los abonos. Para saber si nuestra tierra está bien estructurada y en caso contrario, como modificarla, analizaremos su naturaleza.
Su composición: los elementos indispensables que ha de tener una buena tierra para el correcto crecimiento de las plantas son: nitrógeno (N), fósforo (P), y el potasio (K). Un factor vital es el grado de acidez de la tierra. Para corregirlo podemos encontrar diversos productos que nos variarán su estructura.
El humus: mezclando humus con la tierra conseguiremos aligerarla y que retenga mejor el agua evitando su secado. Existen productos ya preparados que incorporan turba (para suelos calcáreos), hojas (los más comunes) o tierra vegetal (para suelos muy ácidos).
La cal agrícola: la cal se utiliza para modificar la tasa de acidez de la tierra y la que se emplea para los cultivos es la cal de algas marinas o la cal de magnesio. En tierras poco ácidas añadiremos cal cada 3 años y en tierras muy ácidas cada año.
La arena: si nuestro suelo es muy arenoso no retendrá el agua de la lluvia o del riego, ni tampoco sus nutrientes. Para evitarlo mezclaremos humus y arcilla. Si por el contrario el suelo es demasiado pesado y arcilloso añadiremos arena limpia y no salada, por ejemplo la de río.
Una muy buena receta para fertilizar y preparar nuestro terreno:
- Estiércol de ovejas, cabras, aves: 1 kg./m2
- Estiércol de equinos (seco): 3 kg./m2
- Humus de lombriz: 1 a 3 kg./m2 (dependiendo de su pureza).
Para los cultivos en tierra libre, existen dos lineas muy marcada de cultivadores, los que no tienen problemas de miradas indiscretas y aprovechan para cultivar colosales Sativas de 3 metros y gigantes colas, y los que por el contrario necesitan máxima dicrección, para esos las puras índicas o híbridos al 50% serán la mejor opción.
El cultivo de guerrilla es el cultivo de exterior llevado a un paraje donde nosotros no podemos monitorizar todo su proceso, por eso la elección de la ubicacción és clave, muy discreto y de difícil acceso, secreto, que de mucho sol y mantenga unos buenos niveles de humendad, tanto en el suelo como en el ambiente. La preparación del terreno nos limitaremos a cabar discretas zanjas donde plantaremos nuestra niña. El proceso de germinación y primeros estadios los haremos en casa tranquilamente, cuando tengamos una plantula fuerte la trasladaremos a su nueva ubicación.
Una práctica muy buena durante el invierno es recojer tierra de diferentes zona candidatas para la guerrilla y provar como reacciona la planta cultivando con esa tierra en macetas, eso nos permitirá tener un análisis de los diferentes suelos, y evidentemente decantarnos por el mejor.
Para poder monitorizar el cultivo de guerrilla es aconsejable tener un ejemplar de cada variedad plantado en casa, sabiendo así en cada momento su estadio. (Más adelante dedicaremos un post a la guerrilla 😉 )
Seguiremos preparando los exteriores!
Saludos kayaticos a tod@s!!!
“El mayor enemigo de cultivador és la prisa” by KayaBarcelona
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