La fotosíntesis es el primordial proceso por el que las plantas sobreviven. Es el mecanismo por el cual las plantas generan su alimento y hacen el intercambio de gases (CO2 y O2)
Cómo definición, la fotosíntesis es la ruta metabólica por la que los organismos fotosintéticos convierten el CO2 atmosférico en compuestos orgánicos complejos (el alimento final de la planta), usando los electrones del agua y la energía solar, liberando oxigeno a la atmósfera y capturando CO2
Se conocen como organismos fotosintéticos a los cloroplastos, que son pequeños órganos principalmente localizados en las hojas, que se encargan de transformar la energía luminosa en energía química aprovechable por la planta gracias a los pigmentos (por ejemplo clorofilas) , los cuales son sustancias capaces de absorber energía lumínica y dan el característico color verde a las plantas
Existen tres tipos de plantas según su ruta metabólica (C3, C4 y CAM), aunque en este artículo nos centraremos únicamente en las plantas C3 ya que además de ser el grupo más amplio, es donde se encuentra clasificada la especie Cannabis Sativa L.
En este proceso fotosintético existen básicamente dos variables, la luz y la concentración de CO2.
Primeramente se producen reacciones fotoquímicas para captar la energía luminosa en la membrana del cloroplasto, donde se produce ATP y NADPH (dos formas de energía química), donde más tarde se transportan a la molécula rubisco, que es donde se realizan las labores de fijación de CO2, y se transforman las moléculas energéticas en moléculas complejas de azúcares que son el alimento de la planta.
En plantas C3 este proceso se da cuando alrededor de la molécula rubisco hay >50 ppm de CO2, es decir, cada centro fotosintético de la planta (y hay millones por cada hoja) tendrá que tener alrededor suyo al menos 50ppm de CO2 o no podrá realizar la fotosíntesis (producción de energía) si no que hará un proceso llamado “fotorrespiración” el cual se da por debajo de las mencionadas concentraciones de CO2 y es un mecanismo de supervivencia de la planta, y por tanto quema aquellas moléculas complejas que ha creado previamente con el proceso de fotosíntesis para poder alimentarse. Éste proceso también se da cuando existe un estrés hídrico (poco agua disponible en las raíces), donde la planta cierra sus estomas, interrumpe el intercambio gaseoso y deja tanto de capturar CO2 como de transpirar.
De esta información, podemos llegar a la conclusión que no sólo es importante la concentración de CO2 en el aire sino que además es vital que exista un flujo de aire constante y suficiente para que no queden zonas en el espacio de cultivo donde el aire se quede estancado y no se renueve (imprescindibles unos buenos ventiladores), ya que el CO2, en cultivo de Cannabis Sativa L., se consume rápidamente al ser una planta que lo captura muy eficientemente
Normalmente se recomienda una renovación total del aire de la sala cada 1 minuto, y esta puede ser una buena orientación si no se dispone de un medidor de CO2, los cuales últimamente se están moviendo en una franja de precios muy asequibles para el público en general al dispararse su popularidad tanto entre cultivadores profesionales como en amateurs, ya que el mercado se ha adaptado y creado productos para satisfacer ambos públicos.
Como norma general en sistemas de cultivo con CO2 no se usa intracción ni extracción, ya que el único gas que necesita la planta es el CO2. La renovación de aire en salas de cultivos convencionales con extracción/intracción se da con el único motivo de mantener los niveles de CO2 a la medida habitual del ambiente
Para cultivadores amateurs que se quieran introducir en la complementación de CO2 el mercado pone a disposición de los growers productos de iniciación, que no necesitan gran inversión, como:
– Boost buddy: El formato de este aditivo es muy sencillo, consta de una bolsa que se cuelga dentro del espacio de cultivo. Una vez se agota es tan sencillo como sustituirla por otra
–CO2 Boost: Este se presenta en forma de cubo, con una pequeña extracción forzada y un sistema de micro tubos para poder homogeneizar el reparto de CO2 por cada planta
Éstas son opciones que aunque totalmente válidas no llegan a cubrir las necesidades de alto rendimiento y estabilidad para growers que deseen obtener un incremento muy significativo en la producción, para los cuales la mejor opción que existe con la que aportar CO2 a su cultivo de cannabis es un circuito de CO2 que conste de una bombona donde se almacene el gas, un regulador, una sonda medidora de CO2 como mínimo (compatible con el sistema de automatizado si se tiene), y principalmente un sistema de control automatizado (tipo TrolMaster, VLD o ProLeaf) que regule la apertura de la bombona mediante una electroválvula.
En conclusión, una correcta suplementación de CO2 hará que tus plantas hagan más fotosíntesis (el proceso más elemental de las plantas como vimos anteriormente) y por lo tanto sean capaces de generar más azúcares complejos lo que se traducirá en una cosecha mucho más abundante, ya que la planta será capaz de aprovechar más eficientemente tanto la luz, como el agua y los nutrientes, lo que al final se traduce en un mayor rendimiento de nuestra inversión.