Nunnca he fumado hierba pero, si se legaliza, la probaré“. Ed Lieberman tiene claro que mañana, día de las elecciones legislativas de EEUU, votará sí a la Proposición 19. Este ingeniero informático residente en Silicon Valley quiere que California legalice el consumo de marihuana. Su motivación no es médica ni recreativa, sino simplemente económica. “El Estado necesita los impuestos derivados del cannabis para evitar la bancarrota”, explica Lieberman, cansado de que su región, una de las más ricas del país, esté al borde del abismo.
California acumula una deuda de casi 19.000 millones de dólares y es incapaz de mantener su carísimo American Way of Life. Para evitar la quiebra, el gobernador, Arnold Schwarzenegger, obligó a algunas oficinas públicas a cerrar los viernes, recortó los efectivos de policía, y despidió a 40.000 funcionarios y profesores. Pero la suerte de California puede cambiar mañana si sus ciudadanos aprueban la Proposición 19 de legalización de producción, tenencia y consumo de marihuana: el cannabis puede aportar hasta 3.000 millones al año a las arcas del Estado, según estimaciones de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes sobre la Marihuana.
Los cálculos de los activistas procannabis revelan que con los impuestos derivados de su libre consumo se podrían pagar los salarios de 20.000 profesores cada año. Ahora, la marihuana ya es el cultivo más rentable de EEUU: mueve al año cerca de 15.000 millones de dólares y California produce más de 4.000 toneladas, el 40% del total del país. Además, aquí reside el 13% de los consumidores habituales y un tercio de la población reconoce haber probado el cannabis al menos una vez, según Los Angeles Times.
Indecisión popular
Los sondeos de opinión no se atreven a dar un claro vencedor. Debido a lo delicado de la materia, los resultados de las encuestas varían si los participantes realizan la entrevista por teléfono o de manera presencial. Cuando responden desde su casa, el 56% de los californianos dice respaldar la legalización. La cosa cambia cuando han de enfrentarse cara a cara con un encuestador: sólo el 41% se muestra favorable a su despenalización.
Los grupos promarihuana, ayudados por el millón de dólares donado por el filántropo George Soros, están utilizando los medios de comunicación para tratar de inclinar la balanza de su lado. Por ejemplo, el periódico digital The San Francisco Appeal ha usado la ironía para llamar a los electores a apoyar la legalización, asegurando que “la única justificación para votar no a la Proposición 19 es tener un dispensario de venta con fines médicos, pertenecer a un cártel mexicano de la droga o ser [la candidata republicana a gobernadora] Meg Whitman”.
Susan Manheimer, presidenta de la Asociación de Jefes de Policía de California, está convencida de que hay muchas razones para mantener la prohibición del cannabis. “Ya hay problemas con el tabaco y el alcohol; ¿qué necesidad hay de añadir otra droga más?”, argumenta.
Fuente: La Opinión